
M A R I S C A D O R A S
Cambados mira al mar y su mirada nos muestra la belleza y riqueza de su entorno. Pero también nos enseña su compromiso con la tradición y el trabajo.
Nada ilustra mejor la fuerza de esta relación como la labor que, cada día, cientos de mariscadoras desempeñan allá. Una labor callada, dura, sacrificada… Poco agradecida y oscura. Muchas veces invisible…
Unas mujeres que luchan entre el agua, el fango, la arena y las piedras con un esfuerzo y habilidad poco común. Aguantando condiciones desfavorables, sus manos trabajan y trabajan para poner en nuestros platos toda la riqueza que esconde la ría.
Estas imágenes pretenden rendir homenaje a estas mujeres.
Concienciar de la dureza de su trabajo, hacerlo visible resaltando todo el atractivo de la tarea bien hecha; de la grandeza de unas manos que son capaces de transformar lo rudo y cotidiano en un fruto extraordinario.
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